miércoles, 11 de julio de 2012

Edwin Moses se queda sin palabras frente a su público - Los Angeles 1984




El estadounidense Edwin Moses ejerció una supremacía indiscutible en los 400 metros con vallas por más de una década, desde mediados de los '70. En 1976 brilló en Montreal con su estampa de adolescente a cuestas para quedarse con el oro y marcar el primero de sus cuatro récords mundiales en la prueba. En Moscú '80, ausente por el boicot de su país a los Juegos, dejó pasar una medalla que parecía segura. Después de todo, ganó 107 finales consecutivas entre 1977 y 1987. Pero su momento más memorable llegó en 1984. La ciudad de Los Ángeles le abrió los brazos para que él corriera tan bien como sabía hacerlo y ganara sin discusiones su prueba favorita. La ovación, su festejo, la gente, la locura, el retorno... todo resultó inolvidable. Claro, la cosa no fue tan bien a la hora de tomar el juramento olímpico: el enorme Edwin olvidó las palabras en la mitad, y tras repetir una frase un par de veces terminó de recitar en medio de las risas de todo el estadio.
espndeportes.espn.go.com

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