Es posible que
Francina Elsje Blankers-Koen, Fanny para la historia, haya perdido la
oportunidad de disputar unos Juegos Olímpicos en su plenitud. Conoció a Jesse
Owens, su ídolo, en Berlín '36 y le pidió un autógrafo: tenía 18 años y había
participado en dos pruebas sin demasiado éxito. La Segunda Guerra Mundial le
quitó la oportunidad de brillar en lo que hubieran sido dos Juegos intermedios,
en el '40 y el '44. Sin embargo, en Londres '48, con 30 años y dos hijos -Jantje,
de seis, y Fanneke, de tres- la multifacética atleta rompió con todos los
estereotipos de género y maternidad que marcaban la época. La holandesa que hoy
tiene una estatua en Rotterdam compitió en los 100 metros llanos, en los 200
metros llanos, en los 80 metros con vallas y en relevo 4x100. Obtuvo las cuatro
medallas doradas y se ganó el apodo de "The Flying Housewife"
("El Ama de Casa Voladora"). En Munich '72 volvió a encontrarse con
Jesse Owens. Ambos estaban retirados de la actividad. "Todavía tengo tu
autógrafo.... Soy Fanny Blankers Koen", se presentó. "No hace falta
que me digas tu nombre. Sé quién eres. Lo sé todo sobre ti", respondió el
estadounidense. La idolatría era mutua.
Fuente: espndeportes.espn.go.com
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