Lo que debió ser
un recuerdo histórico para el deporte portugués, se transformó en la primera
tragedia de los Juegos Olímpicos. Francisco Lázaro viajó a los Stocolmo '12 con
apenas 21 años y el orgullo de ser el abanderado de la primera delegación de su
país en la gran cita del deporte. En Lisboa, Lázaro trabajaba como carpintero
en una fábrica de autos, y se había destacado en el deporte amateur tras ganar
tres veces la maratón portuguesa. La muerte lo alcanzó en Suecia. Se desplomó
tras 30 kilómetros de carrera a causa de una severa deshidratación. En
principio, se creyó que las altas temperaturas habían influido, pero luego se
supo que Lázaro había cubierto buena parte de su cuerpo con una cera para
evitar quemaduras de sol, pero sin saberlo también estaba bloqueando sus poros
y dificultando su transpiración. En 2007, el portugués José Luís Peixoto
escribió la novela Cementerio de pianos, basado en la dramática historia de
Lázaro.
Fuente: espndeportes.espn.go.com
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