Como todo en la vida, esta designación será altamente
cuestionable y discutible y no faltará quien postule a otros deportistas, pero
si hace un análisis frío, sin emociones, basándose en las medallas ganadas, sin
duda el mejor de todos los tiempos es conocido como “el Finlandés Volador”.
Nurmi,
ocupa el primer sitio en el medallero individual de todos los tiempos del
atletismo olímpico, cuando en las tres citas olímpicas en las que participó,
Amberes 1920, París 1924 y Amsterdam 1928, conquistó nueve medallas de oro y
tres de plata.
La única
modalidad de fondo en la que Nurmi, no logró colgarse una presea fue en la
Maratón, a pesar de que se había inscrito para correr esa agotadora competencia
en los juegos de Los Angeles 1932, pero que por acusaciones que hizo el Comité
Olímpico de Suecia, en el sentido de que recibió mucho dinero por una gira que
hizo por Estados Unidos, no pudo tomar la salida.
También
se puede aseverar que Nurmi, fue uno de los corredores más dominantes en
pruebas de fondo que haya existido, pues en los Juegos de París 1924, conquistó
cinco de sus nueve medallas de oro, al adjudicarse las pruebas de mil 500,
cinco mil metros, carreras que ganó, tras descansar 26 minutos entre una y
otra.
Asimismo
hay que agregarle las preseas áureas que consiguió en las competencias de los
tres mil metros, además de la carrera a campo traviesa, tanto en su modalidad
individual como en la carrera por equipos.
Previo a
esta dominante actuación, Nurmi había ganado tres medallas doradas en los
Juegos de Amberes 1920, al proclamarse campeón de los 10 mil metros planos,
además de la carrera individual y por equipos del campo traviesa. En Amsterdam
1928, cerró con el oro en los 10 mil metros planos.
Las
medallas de plata las obtuvo en Amberes 1920, en los cinco mil metros planos,
en Amsterdam 1928 al lograr el segundo sitio en los cinco mil metros y en la
prueba de los tres mil metros con obstáculos.
El
segundo sitio en esta clasificación, la ocupa un deportista excepcional,
conocido con el sobrenombre de “El Hijo del Viento”, el estadounidense Carl
Lewis, quien se colgó nueve medallas de oro y una de plata.
Lewis fue
una fuerza dominante a lo largo de tres ciclos olímpicos, pues se apoderó de
medallas de oro, en los Juegos Olímpicos de Seúl 88, Barcelona 92 y Atlanta 96
y su hegemonía se produjo en pruebas como los 100 y 200 metros planos, el salto
de longitud, además de ser parte del equipo de relevo de su país en el 4×100
varonil.
En la
modalidad de los 100 metros planos, el gran rival de Lewis fue el canadiense
Ben Johnson, a quien derrotó en dos ocasiones, en las finales de la llamada
“prueba reina” de los Juegos de Los Angeles 84 y Seúl 88.
En Los
Angeles 84, Lewis se colgó la presea áurea al completar el hectómetro en nueve
segundos y 99 centésimas, su compatriota Sam Graddy llegó en el segundo sitio
con marca de 10 segundos y 19 centésimas, mientras que Ben Johnson se quedó con
la medalla de bronce con crono de 10 segundos y 22 centésimas.
Cuatro
años después, los dos mejores velocistas del orbe volvieron a verse las caras,
con el antecedente del duelo que el año anterior habían sostenido en la gran
final del Campeonato Mundial de Atletismo, donde el canadiense salió con el
triunfo y con registro de nueve segundos y 83 centésimas, lo que supuso nuevo
récord mundial.
En la
capital sudcoreana, Johnson llegó con la idea de reafirmar el triunfo logrado
en la pista italiana y una vez más el fornido velocista de origen jamaicano,
pero nacionalizado canadiense, dio otra espectacular demostración, al completar
la distancia en nueve segundos y 79 centésimas.
El
segundo lugar fue para Lewis, con registro de nueve segundos y 92 centésimas,
en tanto que el bronce fue para el británico Linford Christie con marca de
nueve segundos y 97 centésimas. Pero dos días después se anunció que se
despojaba al canadiense de su medalla de oro, por dar positivo de un esteroide
conocido como Stanozolol.
La gran
obsesión de Lewis fue el salto de longitud, el “hijo del Viento”, siempre fue
considerado como el único capaz de poder quebrar el récord mundial que llevaba
más de 20 años de existencia el que logró su compatriota Bob Beamon, en los
Juegos de México 68, con un salto de 9.80 metros.
Lewis
ganó cuatro medallas de oro en esta especialidad, en Los Angeles 1984, con
salto de ocho metros con 54 centímetros, en Seúl 88 triunfo con brinco de ocho
metros y 72 centímetros, Barcelona 92, con salto de ocho metros con 67
centímetros y en Atlanta 96, con registro de ocho metros y 50 centímetros
Las tres
medallas doradas restantes las consiguió en los 200 metros de los juegos de Los
Angeles 84, así como siendo parte de la posta del relevo 4×100 varonil que
arrasó en los Juegos de Los Angeles 84 y Barcelona 92. La única presea de plata
la obtuvo en los 200 metros planos, en los Juegos de Seúl 88.
En la
tercera posición están empatados el estadounidense Ray Ewry quien durante los
Juegos Olímpicos de París 1900, San Luis 1904 y Londres 1908, acumuló ocho
medallas de oro y el finlandés Ville Rittolla, quien también durante los Juegos
Olímpicos de París 1924 y Amsterdam 1928 ganó ocho medallas olímpicas, cinco de
ellas de oro y las tres restantes de plata.
fuente: Notimex
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