Usain Bolt, rápido y glorioso: ganó los 100 metros en los Juegos Olímpicos de Londres
Por Federico Giammaría
Usain Bolt pidió silencio y el estadio Olímpico obedeció. Las pantallas mostraron al jamaiquino cruzando un dedo sobre sus labios y la multitud enmudeció. Todo mundo se enfocó en la salida de la pista y nadie dijo más nada. La explosión de la señal de partida cortó la tregua y cuando los corredores salieron disparados, un griterío arropó a la más grande atracción del deporte mundial. Ahí estaba el hombre más rápido del mundo, arrasando otra vez contra el que se opusiera y dándole al planeta un show alucinante.
Bolt arrancó como uno más, pero a mitad del sprint sus enormes zancadas ya lo habían llevado hacia adelante. Sus pies, enormes y poderosos, traccionaban sobre la carpeta sintética y su cuerpazo (mide 1,95) se recortaba por el carril siete dejando atrás a su compatriota Yohan Blake como quien acelera por la ruta. Los miles que seguían al fenómeno disparaban sus cámaras de fotos, en sus celulares o en la máquina que fuera. Las tribunas descargaban ráfagas de flashes sobre el hombre más rápido del mundo. Había que hacerlo en menos de 10 segundos, porque el jamaiquino cubrió los 100 metros en 9s63.
Se sabe que dos de los elementos que más influyen en una carrera de 100 metros son la frecuencia y la longitud de la zancada. Los más altos tienen una frecuencia más lenta, pero en eso hace la diferencia Bolt: corre igual que los más pequeños (suele utilizar 41 pasos para el hectómetro). Así avanzó el jamaiquino, a trancazo veloz pero sin aflojar hasta el final, lejos de aquel relax con el que había vencido en los Juegos Olímpicos de Beijng 2008.
Le ganó a su compañero, “la Bestia” Blake, pero también a todo el equipo de velocistas de los Estados Unidos que volvió a ver cómo “el Rayo” es inalcanzable. Era Jamaica, la tierra de los sprinters, contra el Imperio de los velocistas.
Usain ganó con un tiempo de 9,63s para marcar un nuevo récord olímpico (el récord mundial, también del Jamaiquino, es de 9,58s). Y al anterior olímpico, también era de él (9s69 en Beijing). Triunfó para complacer a la gente pero sobre todo para él mismo, dueño de un egocentrismo desmesurado y encantador que hace imposible no quererlo a pesar de su histrionismo.
Las tribunas estaban desbordadas. Gente en los descansos de las escaleras, en los escalones, donde cupieran. Desde las 18 los voluntarios que trabajan en el Estadio Olímpico ya no encontraban asientos y eso que la carrera comenzaría a las 21.50 (hora de Londres). No hubo otro tema durante todo el domingo, en la prensa y entre los atletas. Perderse la final de los 100 metros es no haber ido a los Juegos, dicen por aquí.
Bolt lo entiende a la perfección. Sabe que de él se espera velocidad y carisma; y él no falló. Siempre atento a las cámaras que lo enfocan, siempre moviendo sus largos dedos, sus grandes ojos, su bocaza. Es, además del más rápido, el más simpático de todos (en especial, al lado del opaco Tyson Gay, siempre ensimismado, con la nariz parada, como si todo le cayera mal).
Por eso, apenas cruzó la meta se puso a jugar con el público. Hizo “la del rayo” (pone sus brazos como disparando un trueno) frente a los cuatro costados, bailó ante su gente, saludó a sus rivales y llevó, cual papá, a Blake a la rastra. Su compatriota, la gran promesa del atletismo mundial, lo seguía como sorprendido por tanta pasión y se dejaba llevar por el frenesí de una noche inolvidable.
1 Usain Bolt JAM 9.63 (OR)
2 Yohan Blake JAM 9.75 (=PB)
3 Justin Gatlin USA 9.79 (PB)
4 Tyson Gay USA 9.80 (SB)
5 Ryan Bailey USA 9.88 (=PB)
6 Churandy Martina NED 9.94
7 Richard Thompson TRI 9.98
8 Asafa Powell JAM 11.99
fuente: mundod.lavoz.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario