Aunque su
arranque podía ser un poco lento, el cubano Alberto Juantorena tenía una
zancada mágica que lo hacía deslizarse -más que correr- a una velocidad
incomparable en las pruebas de 400 y 800 metros. Ese paso larguísimo lo hizo
ganarse un apodo irreverente: "El Caballo". Iba a ser basquetbolista,
pero a los 21 años un entrenador polaco lo convenció de que podría brillar en
el atletismo. Apenas un año más tarde participó en los Juegos de Múnich, pero
se guardó lo mejor para Montreal '76. Mandó en los 800 metros con una
performance impresionante, y llegó desde atrás en los 400 para conseguir su
segundo oro con un agregado que puede interpretarse desde una lectura política
de la época: dejó a dos estadounidenses en el segundo y tercer puesto del
podio. Fue el primer hombre en la historia en conseguir un doblete en esas
distancias.
fuente : espndeportes.espn.go.com
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