New York Times
dijo: "fue el evento deportivo más emocionante desde la Maratón en la
antigua Grecia". Guardian afirmó: "dejó en los corazones de los
presentes una impresión imperecedera". Arthur Conan Doyle reportó para
Daily Mail: "Es horrible, pero a la vez fascinante". Ese 24 de julio
de 1908, la jornada final de Londres '08, el italiano Dorando Pietri se
consagraba como el perdedor más famoso de la historia olímpica. "Veo allá
una masa gris. Es el estadio. Después no recuerdo nada más". No recordó
entrar a la pista tambaleante, inconsciente y exhausto. Desorientado tomó el
sentido contrario. Tardó más de nueve minutos en hacer los últimos 350 metros.
Se cayó al menos cinco veces, hasta que logró alcanzar la meta con ayuda de un
juez y el médico del equipo irlandés, en una de las más gloriosas postales del
deporte. John Hayes, de EEUU, llegó segundo y reclamó el oro, Pietri fue
descalificado por recibir asistencia. Tras pasar la noche hospitalizado, la
reina Alejandra decidió premiarlo igual con una copa de plata. "La
atesoraré hasta el final de mi vida". Cuando murió, en el taller mecánico
donde trabajaba, desde un estante ese trofeo lo vio caer por última vez.
Fuente: espndeportes.espn.go.com
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