Recordar a José Pedraza es citar
ejemplo de pundonor en el atletismo, lo cual le llevó a ganar la medalla de
plata en los Juegos Olímpicos México 1968 en los 20 kilómetros de caminata.
Pedraza Zúñiga, quien nació el 21 de marzo
de 1937 en Rancho La Mojonera, Michoacán, siempre tuvo clara la meta de
sobresalir en el deporte nacional, basado en la férrea disciplina que obtuvo en
el ejército.
Su gusto por el deporte lo llevó a ingresar
al área de Trasmisiones del Campo Militar apenas a los 15 años de edad, ahí
mostró gusto por el basquetbol y otras actividades que complementaron su
trayectoria.
Se dio que el deportista comenzara a
demostrar su talento en competiciones de cinco mil y 10 mil metros en busca de
clasificar a los Juegos Olímpicos Roma 1960 y Tokio 1964, sin embargo siempre
se quedó en la orilla.
A pesar de los tragos amargos, insistió en
destacar en el atletismo y por fortuna encontró buenos entrenadores como el
polaco Jerzy Hausleber, quien llegó a ser reconocido como el “Padre de la
Caminata Mexicana” y que influyó en Pedraza para iniciarse en dicha disciplina.El entusiasmo, fortaleza y dedicación,
sumado a buenos consejos dieron como resultado que José Pedraza se proyectara
como gran prospecto en la caminata y los resultados lo acompañaron de forma
inmediata y tras realizar viajes de preparación a Europa, consiguió su boleto
para México 68.
Había la esperanza del pueblo mexicano en
que la caminata diera una presea en la justa veraniega y en dramático cierre
logró el segundo lugar en los 20 kilómetros para la medalla de plata.
El sargento, con rictus de dolor y sacando
lo último que le quedaba apretó en los últimos 300 metros para evitar el 1-2 de
la Unión Soviética, superó a Nikolai Smaga pero le faltaron metros por delante
para dar alcance y rebasar a Vladimir Golubnichy, quien se adjudicó el oro.
Con el arropo de los aficionados en el
estadio Olímpico Universitario José Pedraza entró en segundo lugar, lo cual le
valió gran reconocimiento, pues además la bandera de México se vería en el
podio.
Golubnichy cruzó al meta en primer lugar
en una hora, 33 minutos y 58 segundos, mientras Pedraza hizo una hora y 34
minutos, seguido de Smaga, quien cronometró una hora, 34 minutos y tres
segundos.
La ambición del sargento por triunfar era
tanta que no quedó satisfecho con el segundo sitio, pues llegó a reconocer que
probablemente le faltó preparación para alcanzar la medalla áurea.
Tras el logro, José Pedraza continuó con
su deber militar pero sin descuidar el gusto por la caminata, se convirtió en
entrenador y logró que esta disciplina fuera practicada por muchos niños y
jóvenes mexicanos.
Siempre pidiendo que el deporte se hiciera
con el máximo esfuerzo y gozándolo, dejó estas palabras: “Llegar a la cúspide
deportiva no es fácil. Sin embargo, cuando se quiere y a uno le dan los medios
para intentarlo, no hay que dudar. Hacen faltan medallistas. Más y más. Hacen
falta ejemplos en nuestro país. Podemos tenerlos. Decidámonos a ello”.
Este gran atleta, quien se ubicó en el
octavo puesto en los 50 kilómetros de marcha también en México 68, ascendió al
grado de teniente y falleció el 1 de junio de 1998 a los 61 años de edad por un
mal hepático.
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